ENERGÍA VERDE.

Nos dan leña, madera, corcho, frutos, sombra, papel...algunos animales encuentran en el árbol un hogar, nos mantienen frescos en verano, calientes en invierno, son auténticos generadores de vida, nos oxigenan, atrapan el CO2(colaborador activo en la lucha contra el cambio climático)y además, los árboles nos regalan energía. Sólo ofrecen beneficios a cambio de nada.
En Julio del año pasado conocí a un físico en Morella, profesor en la universidad, y me habló de la energía de los árboles. No me vino de nuevas porque tengo un par de libros sobre este tema. El árbol, al igual que el ser humano, al igual que todos los seres vivos, está emitiendo vibraciones energéticas constantemente. Me explicó científicamente el proceso, un tanto complejo la verdad, no me atrevo a explicaros lo que entendí, soy de letras. El caso es que este señor hizo el paseo matutino a mi lado y hubo un momento en que encontramos a algunos niños de Morella que estaban de excursión, realizando actividades relacionadas con la naturaleza, una de ellas era abrazarse a los árboles para disfrutar de la energía que nos transmiten.
Tiempo después, Marina me hizo el mismo comentario cuando le dije que nos íbamos a comer al monte, me dijo: "abrazáte a un árbol y verás que paz". En realidad es algo fácilmente apreciable. Los árboles liberan iones negativos y conducen iones positivos hacía la tierra, contribuyendo de esta manera al intercambio eléctrico para la vida en nuestro planeta. Está científicamente explicado y comprobado. Así que cuando vamos al monte sentimos armonía, nos relajamos, la paz se adueña de nosotros, porque donde hay árboles hay un campo magnético que no podemos ver, pero sí sentir. Mi relación con los árboles es muy especial, siento su energía sin necesidad de abrazarme a ellos, tengo mis técnicas. Sin embargo, OS LO RECOMIENDO!!!. Y eso hice en mi excursión a la Varga, concentrarme en la serenidad que me producía el lugar, que seguro que los árboles tenían mucho que ver porque no dejan de dar y nosotros de recibir de ellos aunque ni siquiera nos paremos a pensar lo importantes que son para la vida en el planeta. Ese fue mi ejercicio para el alma.